jueves, 7 de noviembre de 2013

Pensamiento y acción para el aprendizaje científico
Preguntas generadoras # 5





INTRODUCCIÓN

 La objetividad es un desiderátum en cuanto es tratada siempre por sujetos, sin embargo existen claros criterios que hacen en mayor grado a la objetividad  no el discurso sobre algo o alguien si no a las cualidades de subjetividad y objetividad en las ciencias.


  
 


DIFERENCIA ENTRE SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD EN LAS CIENCIAS

La objetividad es la cualidad de lo objetivo, de tal forma que es perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir (o de las condiciones de observación) que pueda tener cualquier sujeto que lo observe o considere.
Por la definición antes dicha, la objetividad es un desiderátum en cuanto es tratada siempre por sujetos, sin embargo existen claros criterios que hacen en mayor grado objetivo o no el discurso sobre algo o alguien. Por ejemplo los criterios de verdad en gnoseología, el principio de realidad en psicología y las tablas de verdad en lógica, o las formulaciones correctas de explicaciones matemáticas dan pautas objetivas; un ejemplo de enunciado objetivo típico es: «las hojas de las plantas con clorofila son percibidas visualmente casi siempre de color verde por el Homo sapiens», por el contrario un ejemplo típico de enunciado subjetivo es (aunque sea válido): «las plantas cuyas hojas son de color verde, visualmente son hermosas».

En ciencia, dichas reglas constituyen la metodología científica propia de cada disciplina.
La objetividad en sentido epistémico no es sinónimo de verdad, aunque a menudo solemos confundir los dos conceptos. Es más bien un "índice de confianza" o de "calidad" de los conocimientos y representaciones.
Tampoco es sinónimo de fidelidad al objeto ("fiel a la realidad"), a pesar de que éste sea uno de sus criterios más frecuentemente mencionados, porque los criterios normativos que permiten distinguir lo objetivo de lo que no es, son fijados en cada ámbito por la comunidad de los miembros o expertos del mismo.
Desde Kant la objetividad es definida como validez universal, esto es, validez para todos los hombres, con independencia de su religión, cultura, época o lugar, por contraposición con aquello que vale sólo para unos pocos. De modo que la objetividad se opone al relativismo. A partir de los años sesenta, sin embargo, la exigencia de universalidad empieza a ser sustituida por la exigencia de consenso en el seno de la comunidad (científica, cultural,...), separando de este modo diferentes esferas de uso del concepto. Lejos de la concepción estrictamente formal o metodológica que marcó el llamado positivismo lógico, nos aproximamos hoy en día a una concepción mucho más intersubjetiva.
La objetividad de un sujeto está relacionada con planteamientos tan epistémicos como morales. La encontramos habitualmente formulada en términos de neutralidad, imparcialidad, o impersonalidad. Se trata de un distanciamiento del sujeto respecto de él mismo en aras de acercarse al objeto, desde una concepción en la que objetividad y subjetividad se excluyen mutuamente.
Se supone que para ser objetivo, a la hora de expresar un juicio, el sujeto debe abandonar todo aquello que le es propio (ideas, creencias o preferencias personales) para alcanzar la universalidad, esto es, aquello que Thomas Nagel llamó el "punto de vista de ninguna parte". Una concepción utópica ("de ninguna parte") fue cuestionada, sobre todo a partir de los años 60 y 70 por motivos tanto prácticos como teóricos. Es dar tu opinión o ver las cosas desde un punto de vista general, lo contrario a subjetivo.


CONCLUSIÓN

Podemos concluir que la objetividad y la subjetividad en las ciencias son la  forma perteneciente a lo relativo en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir (o de las condiciones de observación) que pueda tener cualquier sujeto que lo observe o considere.









































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